El nombre de Samaná, escrito siglos atrás como Xamaná, es el nombre taíno de la región. El territorio de la provincia fue visitado por Cristóbal Colón en enero de 1493, durante su primer viaje a las Américas. En esa época, Samaná estaba ocupada por pobladores ciguayos y ocurrió el primer encuentro hostil entre europeos y nativos. Durante los siglos XVI y XVII (e inicios del XVIII), Samaná estuvo prácticamente deshabitado; apenas vivían algunos «cimarrones» (esclavos escapados) y algunos pobladores europeos que intentaban colonizar la región. Entre los europeos, los que más frecuentaban la zona eran ingleses y, principalmente, franceses. Las playas eran usadas para reparar y limpiar («carenar») los cascos de embarcaciones inglesas y francesas; también eran carenadas aquí las embarcaciones de bucaneros y filibusteros. «Carenero» sigue siendo un topónimo en Samaná. Cada cierto tiempo, pero no de manera continua, las autoridades coloniales españolas hacían expediciones para desalojar a los franceses que intentaban ocupar la región. Incluso llegó a mantener dos galeras en el Cayo Galeras, frente al actual poblado Las Galeras. En 1756, se fundó la ciudad de Santa Bárbara de Samaná, con familias provenientes de las Islas Canarias, en el lugar llamado Carenero Grande. El poblado se organizó como Parroquia del Partido de La Vega, dentro de la división territorial que tenía entonces el Santo Domingo Español.
Ballenas Jorobadas.

La ballena jorobada, conocida científicamente como Megaptera novaeangliae, es una de las especies de ballenas más impresionantes y reconocibles del océano. Estas majestuosas criaturas son famosas por sus espectaculares saltos y su distintivo canto, que se cree que juega un papel crucial en la comunicación y el apareamiento. Las ballenas jorobadas pueden medir entre 12 y 16 metros de longitud y pesar hasta 30 toneladas.
Una característica notable de estas ballenas es su aleta dorsal, que es pequeña y en forma de joroba, de ahí su nombre. También poseen largas aletas pectorales que pueden alcanzar hasta un tercio de su longitud total, lo que les permite realizar maniobras ágiles en el agua.
Las ballenas jorobadas son migratorias, viajando millas de kilómetros entre sus áreas de alimentación en las regiones polares y sus áreas de reproducción en aguas tropicales. Durante la temporada de alimentación, se congregan en grupos para cazar kril y pequeños peces, utilizando una técnica conocida como "red de burbujas" para atrapar a sus presas.
En los últimos años, el avistamiento de ballenas jorobadas se ha convertido en una actividad turística popular, ofreciendo a las personas la oportunidad de observar cerca de estas impresionantes criaturas en su hábitat natural. Sin embargo, es importante que estas actividades se realicen de manera responsable para garantizar la protección y conservación de las ballenas jorobadas y su entorno.